Beneficios de los frutos rojos
Mejora la función cerebral
La concentración de antioxidantes y el aporte de vitaminas E, C, B y K betacarotenos, folatos y potasio ayudan a disminuir la acumulación de radicales libres. A su vez, esto provoca un efecto positivo en la salud cerebral.
Aportan energía
Contienen potasio, por lo que son ideales para entrenamientos de gimnasio o largas caminatas.
Favorecen la digestión
Por su alto aporte de fibra, resultan perfectas para regular la digestión.
Alivian el dolor
Muchos estudios concluyen que reducen el ácido úrico y el dolor de las articulaciones y cistitis.
Promueven el control del peso
Por su aporte de vitaminas C y E y otros nutrientes como la fibra, ayudan a reducir el colesterol malo (LDL) y combaten problemas en los los dientes y las encías.
Combaten las infecciones bacterianas
La vitamina C que contienen, favorece la absorción del hierro, por lo que previenen la anemia y mejora la resistencia a las infecciones gripales o urinarias.
Fortalecen los huesos
El magnesio, unido a la vitamina K ayudan a fijar el calcio en los huesos.
Combaten la diabetes
Son un alimento con un índice glucémico bajo y alto en fibra que ayudan a regular el azúcar en la sangre y mantenerlo estable evitando extremos altos y bajos, por lo que son ideales para diabéticos.
Mejoran la función cardiovascular
Según estudios de la fundación Española del Corazón, reducen el riesgo de sufrir un infarto, gracias a su contenido en antocianinas, una clase de flavonoides y polifenoles, ambos antioxidantes.
Combaten las células cancerosas
Los antioxidantes y antiinflamatorios, la vitamina C, el ácido fólico y los flavonoides como la quercetina y el kaempferol, los combierten en una gran defensa contra las células cancerosas.
Favorecen el desarrollo del feto
Una ingesta adecuada de ácido fólico es esencial para las mujeres embarazadas.
Combaten la depresión
El folato presente en los frutos rojos ayuda a estabilizar el exceso de un aminoácido llamado homocisteína, que interfiere en la producción de las hormonas del bienestar como la serotonina, la dopamina o la norepinefrina.
Estas hormonas regulan el estado de ánimo, el sueño y el apetito.